Cómo comenzar una clase de Ciencias (¿qué sucedería si…?)

«Generar un clima de investigación científica en el salón de clases debe ser una constante permanente. Si los maestros en el diseño de clase, plantean al comienzo de clase un problema como una experiencia discrepante, se experimenta la sorpresa, el desconcierto, el asombro».

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Estas emociones juegan un papel sumamente importante en el aprendizaje y pueden ser el motivo, el motor que mueve al alumno, para reducir el estado de desequilibrio provocado. Lo emocional debe ser la invitada permanente en el desarrollo de clases de ciencias.

La perspectiva constructivista ratifica que la mejor manera de iniciar un tema científico es planteando un problema que pueda motivar a los estudiantes y que se refleje en el contexto más inmediato. Sin embargo, se puede correr el riesgo que un problema puede no serlo o bien no puede ser comprensible para el estudiante, o incluso no ser motivante. “En palabras de Federici, los problemas deberían ser planteados en el lenguaje blando del mundo de la vida, no solo para facilitar su comprensión, sino para motivar y alentar el inicio del proceso de búsqueda, discusión, análisis y apertura a las nuevas ideas.

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¿Y para qué plantear problemas motivantes?. El objetivo central es provocar procesos de pensamiento superior y crítico en los estudiantes, formular hipótesis, predicciones que se resumen en el pronunciamiento de Vasco, “No se debe permitir a los estudiantes empezar a experimentar solo “para ver qué pasa”, sin haber formulado antes predicciones precisas, y sin haber dado razones y explicaciones hipotéticas para sustentar cada predicción. En la cultura escolar se puede apreciar que los estudiantes no les gusta comprometerse con una predicción, por cuanto no se arriesgan y temen “quedar mal” ante el grupo. Creemos que es importante fortalecer la confianza en los estudiantes sobre sus propias concepciones y vigorizar su capacidad para aceptar nuevas realidades. En las clases de ciencias del siglo XXI, es de vital importancia fortalecer la siguiente pregunta: ¿Qué sucedería si..?, como el motor que desencadene las hipótesis que luego deben ser confrontadas con la realidad. Es conveniente poner en el tablero o en una hoja de papel, la predicción, las hipótesis, o las razones que exhiben los estudiantes, con el fin de visualizar las teorías que los alumnos poseen.

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Cuando los problemas son motivantes, activan múltiples sistemas cerebrales, mantienen la curiosidad y la búsqueda de respuestas a algo nuevo, evoca saberes anteriores, fortalece la imaginación y los alienta para encontrar las respuestas. Los problemas planteados al comienzo de la clase deben crear un conflicto, con el fin de motivar el aprendizaje.

En el fondo, se trata de resaltar el hecho de que la ciencia es una construcción humana y que es cambiante. Ello implica concebir de manera diferente la enseñanza de las ciencias y por ello no se trata de transmitir verdades inmutables, sino de darle al estudiante la posibilidad de construir su propia realidad. Es un diálogo racional entre su propia perspectiva y la de los demás con el fin de entender mejor el mundo que le rodea. La imagen de ciencia que sirve es aquella capaz de fortalecer la capacidad de producir conocimientos, perfeccionarlos continuamente y compartirlos a las nuevas generaciones.

Paradigmas

El docente que enseña las ciencias naturales y la educación ambiental debe tener claro un imaginario de ciencia que sea más flexible, menos autoritario, más cercano al error que a la certeza, con menos certidumbres y más incertidumbres, con más preguntas y menos respuestas. Esta concepción de ciencia, se ve entorpecido por el régimen académico de la escuela, las rutinas pedagógicas, los horarios y los planes académicos. Los profesores no deben olvidar este imaginario, ya que en cada acción que realizan en el aula de clase, la refuerzan o la anulan.

Creemos que el desarrollo del pensamiento científico es parte fundamental del desarrollo integral humano. Sin este saber el desarrollo humano es incompleto. Estamos hablando de formar mentes científicas y no de formar científicos. Sabemos de la responsabilidad de desarrollar los procesos de pensamiento y acción propios de la ciencia, como herramientas vitales para enfrentar los vertiginosos avances de la ciencia. Esto no se logra incrementando el contenido de los programas de ciencias. Por el contrario, se trata más bien de hacer énfasis en los aspectos importantes del razonar científico y dejar de lado el almacenamiento memorístico de datos y principios, como lamentablemente está sucediendo en la mayoría de instituciones educativas.

Cientifico

Tomando como referente las ideas de Rafael Flórez Ochoa sobre el profesor “indagador hermeneuta como enseñante” se puede afirmar que el nuevo profesor enseña desde la incertidumbre, desde la pregunta, desde la curiosidad, desde su capacidad de asombro y deseo de saber. Esta forma de concebir al nuevo profesor hace que su responsabilidad frente al proceso de enseñanza y aprendizaje no se haga en solitario y se adquiera compromisos con otros profesores para brindarse apoyo de manera colaborativa.

Censura

El centro está en devolver y desarrollar en la niñez y los jóvenes “el derecho a preguntar” y el “derecho a formular hipótesis” para aprender y la posibilidad de comprender y transformar su propia realidad. Por ello es valioso intentar diseñar clases, que inician con la formulación de un problema motivante que se resuelve de manera colaborativa al responder a la pregunta: ¿Qué sucedería si….?, con la consiguiente formulación de hipótesis y luego con la confrontación en la parte experimental. Vale la pena intentarlo, porque vemos cambios interesantes en los estudiantes.

DATOS:

20 de marzo de 2014

César Vicente Benavides Torres.

Iberciencia. Comunidad de Educadores para la Cultura Científica.

Ministerio de Educación Nacional. Serie Lineamientos Curriculares de Ciencias Naturales y Educación Ambiental. Bogotá: imprenta MEN, 1998 p.60

Ibid., p.63.

Flórez R. Pedagogía del Conocimiento. Segunda edición. Bogotá: Mc Graw Hill, 2005. p.264.

«Enséñame, pero Bonito» [Documental]

Un documental que nos tocará nuestro interior debido a que nos obliga a pensar en sí estamos haciendo bien o mal las cosas en el aula. Esta aseveración no señala negativamente nuestra labor docente, sino al contrario, la enriquece.

“Enseñamos como nos enseñaron”, es una huella muy marcada en nuestro perfil profesional, pero en realidad, los niños, los adolescentes, los jóvenes de esta era nos demandan otras cosas.

Enhorabuena, y ojalá abone este trabajo que es parte de la Edhumanización.

Neus Sanmartí: “Sólo aprende quien se autoevalúa”

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Antes que nada, ¿qué entendemos por didáctica?
Es el arte de enseñar, organizar el aprendizaje y las maneras de ayudar al alumnado a adquirir las formas culturales que la sociedad ha desarrollado a lo largo de la historia.

¿Cuál cree que es el objetivo de la educación?
El objetivo fundamental es ayudar a formar personas competentes para vivir en el mundo de una manera productiva, no económicamente, sino culturalmente. Se trata de educar diferentes aspectos que van ligados a las competencias.

¿Cómo definiría de manera sencilla lo que son las competencias básicas?
Son todas aquellas capacidades complejas que comportan movilizar muchos tipos de saberes, actitudes, procedimientos, emociones y conocimientos para llevar a cabo una acción de manera válida y relevante.

¿Cuáles son las competencias básicas que se deberían enseñar en la escuela?
La más básica es la de saber actuar en grupo, de ser capaz de trabajar en equipo y con personas heterogéneas. Luego destacaría la competencia comunicativa, que también hace referencia a la capacidad de relacionarse.

Capacidades esenciales para la convivencia…
También destacaría la capacidad de autoevaluarse, es decir, que el alumno sepa reconocer lo que está aprendiendo y lo que debe mejorar. Por último, la competencia que va ligada al conocimiento y de saber activarlo siempre que sea necesario.

A nivel práctico, ¿cuál es el método más eficaz para enseñar estas competencias dentro del aula?
Va muy ligado a la competencia que se quiere enseñar. Es fundamental partir de unos conocimientos básicos y, a partir de aquí, si queremos potenciar el trabajo en equipo en la escuela se tendría que trabajar en grupos. Es esencial fomentar las competencias a través de su práctica y no mediante teoría.

¿Qué importancia tiene que un alumno sepa evaluarse?
Es básico para tener autonomía o para lo que denominamos aprender a aprender. Es fundamental darse cuenta de si estás haciendo las cosas bien y de apoyarte en los soportes necesarios para mejorar. Las personas que se autoevalúan son las que aprenden, las que no, sólo repiten.

¿Cómo enseñar a un estudiante a ser autónomo en el aprendizaje?
Una persona autónoma puede reconocer si realmente está aprendiendo y si lo está haciendo de  una manera más o menos adecuada. Para ello, es necesario tener claros unos objetivos, ser capaz de anticiparse a los hechos, planificarse y apropiarse de los criterios de evaluación más  adecuados.

Usted es crítica con los criterios de evaluación actuales, ¿qué problemáticas presentan?
Se confunde y asimila la evaluación únicamente a poner notas. Personalmente creo que la puntuación es buena si uno toma decisiones de autoevaluación adecuadas. Debemos tener en cuenta que lo importante de la evaluación es que nos ayude a aprender.

¿Qué criterios de evaluación se tendrían que utilizar en la escuela?
En clase los profesores estamos siempre evaluando y los estudiantes se autoevalúan también constantemente, comparándose con los demás. Lo importante es promover que el propio alumno sea capaz de evaluarse, facilitándole las herramientas necesarias para ello. Pero este cambio es muy complicado ya que afecta a todo el aprendizaje básico.

¿Están los docentes preparados para afrontarlo?
Los docentes somos capaces de aprender, pero no tengo claro que todos tengan la intención de hacerlo. La educación cambia mucho y el profesorado tiene que estar dispuesto a reciclarse constantemente para poder transformar algunas de sus prácticas.

En diferentes ocasiones ha afirmado que la comunicación es el eje de todo aprendizaje. ¿Por qué?
Sostengo que los criterios de evaluación acostumbran a ser un misterio para los alumnos y esto es muy negativo. Si no se da mucha importancia a la comunicación, a ser transparentes, se hace muy difícil ayudar a los alumnos a mejorar.

¿Cree que las TIC han cambiado las reglas del juego en el sector educativo?
La educación es de las cosas que menos han cambiado. Si nos fijamos en la estructura de una clase nos daremos cuenta que es prácticamente igual que hace 150 años. Lo que sí es cierto es que la sociedad ha experimentado grandes cambios y las relaciones entre profesores y alumnos también.

En este sentido, ¿qué retos afronta la educación a corto plazo?
Las clases deberían ser más flexibles y los alumnos más autónomos. Y esto quiere decir, entre otras muchas cosas, cambiar la estructura y la arquitectura de los edificios. Pero son cambios que también deben interiorizar los padres, ya que a menudo hay maestros que quieren hacer cosas diferentes y se topan con la oposición de las familias. Las escuelas más innovadoras suelen ser las que tienen más problemas con los padres.

 

 

Neus Sanmartí

Docente, química y especialista en didáctica de las ciencias

 

De pequeña le encantaban las habas y no le gustaba la col. Un capitán de quince años, de Julio Verne, fue el libro que le enganchó a la lectura. Su recuerdo más estimulante hace referencia a cuando a los 12 años descubrió las matemáticas, lo que hizo que junto a sus compañeras de clase, se aficionara a resolver problemas de álgebra. Actualmente es una reconocida especialista en Didáctica de las Ciencias Experimentales que defiende la importancia de la autoevaluación de los alumnos